martes, 19 de abril de 2011

The Strokes – Angles (2011)

Hace unas semanas The Strokes lanzó su último video clip promocionando el single Under Cover of Darkness. Al principio del video aparecen todos los integrantes menos el vocalista, Julian Casablancas, vestidos de etiqueta tocando sus respectivas partes sin inmutarse. Cuando aparece la voz, hay un corte a un trono vacío. Un poco después aparece Casablancas en una habitación solo, con su típico look de rockstar genérico. Durante el resto del video no interactúa con los demás miembros de la banda, quienes se encargan de centrarse en su instrumento.

¿Para qué les comento esto? Bueno, no sé si será intencional o no pero creo que este video refleja claramente lo que fue la realización de Angles. Como ya ha sido expuesto en numerosas entrevistas por parte de unos molestos y gruñones Strokes, este disco no fue fácil de hacer. En palabras de Albert Hammond Jr, “fue horrendo”.

Luego de probar distintos productores, los arreglos musicales fueron compuestos en su gran mayoría sin la presencia de Casablancas. Los 4 miembros restantes trabajaron duro sin su vocalista para luego enviarle a éste versiones instrumentales de los temas para que grabara las voces por su cuenta. Según Hammond Jr hubiera sido muy raro para Casablancas ser parte del proceso colectivo. Esto evidencia una gran tensión dentro de los integrantes de The Strokes. El hecho de que sean tan abiertos ante los medios con respecto a esta relación tormentosa ha teñido mucho las críticas a este disco en mi opinión.

Este tipo de críticas musicales/sensacionalistas no le hacen justicia a Angles. Incluso llego a pensar que estos críticos muchas veces elaboran un trabajo investigativo para generar contexto y sonar inteligentes dejando de lado lo que de verdad importa, la música. ¿Han escuchado el disco lo suficiente?, ¿Les importa a estos críticos el desarrollo como guitarrista que ha presentado Nick Valensi en estos diez años de carrera?, ¿Valoran los distintos momentos que generan en canciones de 3 minutos?, ¿Dejan de lado sus preconcepciones sobre cómo The Strokes debería sonar? Por lo que he visto dando vueltas en los sitios más taquilleros de internet, da la impresión que la respuesta a todas estas preguntas es NO.

Angles es un disco muy distinto a los anteriores de la banda. En los discos anteriores (especialmente los dos primeros) lo que escuchas en el disco es, en su esencia, The Strokes tocando en vivo sus canciones sin mayores arreglos de post-producción. En Angles sucede todo lo contrario. Por ejemplo aparecen varias capas de voz por parte de Casablancas. Personalmente, no esperaba encontrarme con armonías de voz en un disco de The Strokes, lo cual apareció como una grata sorpresa.

Machu Picchu es la primera canción del disco. La canción abre con fuerza, anunciando un nuevo sonido que al mismo tiempo se parece a muchas otras bandas. Esta es una de las fortalezas de The Strokes. Al escuchar esta canción te puedes encontrar diciendo “Esta parte es muy The Clash” y después contradecirte opinando que el coro suena como una canción de videojuego ochentero. En Angles, la banda demuestra que han escuchado y tocado de todo. Sin duda han logrado sacarle provecho al máximo a sus influencias para crear algo nuevo. Esta carta de presentación también da cuenta de otra fortaleza. Una cosa son los riffs y sonidos pegotes que logran sin esfuerzo (o así pareciera). Lo otro es el juego de intensidad que le dan a estas secciones. En una misma canción de 3 o 4 minutos pueden tocar las mismas notas de distintas formas. Es aquí donde Fabrizio Moretti juega un rol fundamental como percusionista ya que es capaz de llevar al oyente a una montaña rusa o a un paseo en góndola mientras el resto de los músicos sigue tocando, matizando cada canción. El resto de los músicos no se queda atrás. Si bien la música de The Strokes es bastante directa y sin mayores pretensiones, para el oyente es muy difícil predecir lo que va a suceder. Para mí, este es uno de los factores más seductores de The Strokes: siguen siendo una banda de rock básico pero siempre te sorprenden.

Como ya es costumbre para The Strokes (y para muchas otras bandas), la segunda canción es el primer single promocional. No es difícil ver por qué esta canción fue la elegida para representar a Angles. Under cover of Darkness posee el sonido clásico de la banda y es lo suficientemente directa para que su versión en vivo sea lo mismo a la versión en estudio. Pero por lo mismo, ésta y Gratisfaction son las canciones menos arriesgadas del disco. Son canciones que, evidentemente, tienen mucho mérito pero probablemente los seguidores prefieren cualquier canción de sus discos anteriores por sobre éstas.


El discurso de Casablancas no se distancia mucho de lo dicho en discos anteriores. Aparece ese sentimiento de angustia e inseguridad a lo largo de todo el disco. Casi todo el tiempo las letras están dirigidas a otra persona, una mujer. Muchas veces ruega o da explicaciones (I don’t wanna fight). Otras veces declara su estado de descontento con el mundo (I’m living in an empty world). Bajo esa coraza de estrella de rock imponente y sólido aparece una persona perturbada que detalla su malestar emocional, su disgusto frente a todo lo que le rodea y sus ganas de ser otra persona (I wanna be somebody like you instead of me). Considerando que The Strokes es una bandas de rock más populares y unánimemente aceptadas, es probable que muchos de sus oyentes no se percaten de esta cualidad de gran parte del catálogo de esta banda, sobre todo en Angles. En You are so right, estas inseguridades salen a flote y van acompañadas por guitarras muy expresivas (a los 2:10 de la canción aparece el momento más Sonic Youth de toda la carrera de The Strokes).

La música acompaña estos sentimientos en la mayoría de las canciones, lo cual hace parecer que la realización de este disco fue un trabajo colectivo, aunque no lo sea. En Two Kinds of Happiness el sonido de The Strokes da un giro que sorprende y que conduce las letras de Casablancas con sentido.

Así como esta banda fue pionera en popularizar el sonido “vintage” con referencias a los 70s, ahora aparecen referencias bastante explícitas al sonido de los 80s. Algo de esto pudimos escuchar en el disco solista de Casablancas (del cual no vale la pena hablar) y también lo podemos notar en la moda en general. ¿Es este un cometido oportunista por parte de The Strokes? ¿Es una coincidencia que una década después de haber referenciado un sonido setenero, quieran hacer lo mismo con lo ochentero?

Aquí aparece una desventaja. The Strokes ya no es una banda novedosa. Ya no son los líderes del movimiento vintage. Si bien son una banda consolidada y respetada, estos cambios de sonido no son fáciles de digerir para los oyentes, sobre todo cuando pareciera que The Strokes se está adecuando a la moda y no al revés.

De todas formas, son capaces de entregar buenas canciones y finalmente eso es lo que importa. En Games pareciera como si Valensi y Hammond Jr guardaran las guitarras (salvo por un breve interludio) y se volcaran por completo a los teclados y sintetizadores (y marimbas). La batería de Moretti suena como nunca antes. Claro que ésta no es la primera vez que The Strokes coquetea con percusión electrónica pero nunca antes habían sido tan explícitos.

Así como la banda logra sorprendernos con la complexión de su sonido, también aparece un nuevo tipo de trabajo en Call me Back. Algo similar habíamos visto en Ask me Anything del disco anterior. En ambos esfuerzos, la banda se muestra desnuda sin percusiones y con arreglos simples de guitarra y teclados, sin mucha producción pero que al mismo tiempo evocan a composiciones sinfónicas que hasta podrían ser parte de un musical. En el transcurso del disco, esta canción representa un punto de quiebre importante. Sin duda para este oyente en particular es un respiro agradable y novedoso.

No hay mucho que decir sobre las dos canciones que preceden el cierre. Es la banda en su sonido original, incluso podemos escuchar a Casablancas a través de esa distorsión vocal tan característica de los primeros discos de The Strokes. Tanto Gratisfaction como Metabolism parecen resumir lo que ha sido el sonido de esta banda desde sus inicios hasta ahora. En Metabolism incluyen arreglos sutiles de sintetizadores, recordando que el sonido actual de la banda contempla un trabajo intenso de post-producción que antes parecía no existir o era llevado a cabo de manera tan sutil que pasaba desapercibido.

Life is Simple in the Moonlight cierra Angles. Como hemos escuchado en muchas canciones anteriores de la banda, aquí aparece la inseguridad del protagonista (para no decir de Casablancas) como siempre la hemos conocido, como es familiar para el oyente. A mi gusto, es una excelente canción. Siempre que escucho este disco espero no tener que interrumpirlo para llegar a escucharla. Esta canción logra coronar a Nick Valensi como un excelente guitarrista, capaz de llevar a cabo solos cuya composición asombra y denotan trabajo arduo, en lugar de improvisación virtuosa que, para qué estamos con cosas . . . a estas alturas, es lo más aburrido del rock de guitarras. Lo mismo pasa con Albert Hammond Jr. El sonido fusionado de estos dos músicos sigue con fuerza y apelando a las fortalezas de cada miembro. Si bien la prensa se ha encargado de recalcar la ausencia de Casablancas durante el proceso de grabación, Angles no representa eso. Si uno omite los detalles de teleserie, este disco representa lo que The Strokes siempre ha sido (más unas cucharadas de postproducción.)


La presencia de estas nuevas técnicas y herramientas en el sonido de The Strokes parecen ampliar los horizontes de la banda sin restringir lo que ha sido (y seguramente seguirá siendo), una excelente entrega en vivo. En otras palabras, los sintetizadores, efectos y baterías electrónicas son refrescantes y atractivas pero completamente prescindibles y olvidables al momento de verlos arriba de un escenario haciendo lo que hacen mejor: Ser una de las principales y más respetadas bandas de rock de la última década.

2 comentarios:

Cote Molina dijo...

Buenísimo artículo! Claro y explicativo. Se nota que hay mucho conocimiento del tema. Felicitaciones!

SKANISUS dijo...

En lo personal sigo desde hace tiempo a "THE STROKES" y en este último album no me gusta el sonido ochentoso popeado!, Ojala se pongan las pilas y se encierren a grabar un nuevo disco. Lo veo dificil CASABLANCAS siempre quiere sintetizadores y sonidos mas relacionado a lo disco, y la verdad las guitarras de esta banda y su baterista no tienen desperdicio!!!, Aguante THE STROKES pero ROCK PURO REVIVAL DE LOS 70s!!!!